En el mundo de los negocios, a veces el “pez chico” se come al grande

ilustración pez grande se come al chico y pez chico se come al grande
Cuantas veces no hemos escuchado el dicho de que el “pez grande se come al chico”. No siempre es así.

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Es posible darle la vuelta a esta frase y pensar que no siempre las pequeñas empresas se sientan intimidadas por los gigantes de la competencia.

A veces se giran las tornas y todo se vuelve a favor del más pequeño. Pequeño en volumen de negocio pero grande en la estrategia, ésta es la responsable de que una pequeña empresa sea capaz de tomar una mayor relevancia y quitar el protagonismo al que las ‘mas grandes’ están acostumbradas. Con una buena estrategia, los pequeños negocios pueden también robar clientes a las grandes compañías.

Para ganar esta batalla de David contra Goliat:

1. Mejor atención al cliente:

Las pymes, en comparación con las grandes empresas, tienen la ventaja de poder ofrecer una atención personalizada, por ejemplo, pueden procurar con mayor facilidad que un mismo trabajador atienda a un cliente durante todo el proceso de compra.

Las pymes suelen estar más cerca de sus clientes, lo que les permite conocer mejor sus necesidades, gustos y preferencias, y, de ese modo, poder ofrecerles una mejor atención, por ejemplo, un mejor asesoramiento en sus compras.

2. Mayor flexibilidad para satisfacer necesidades, gustos y preferencias

Las pymes tienen la ventaja también de poder adaptarse mejor a los requerimientos particulares de sus clientes, o a hacer concesiones cuando éste las solicite.

El tamaño de su mercado y la cercanía con sus clientes, les permite a las pymes conocer mejor a su público objetivo y estar al tanto de los nuevos cambios que surgen en mercado.

3. Mayor capacidad de innovación:

Las pymes tienen la ventaja de poder innovar constantemente, de poder lanzar al mercado nuevos productos, servicios o promociones sin correr demasiado riesgo.

Al contar con una estructura sencilla, las pymes tienen la ventaja de adaptarse mejor y más rápido a las nuevas necesidades, gustos y preferencias de los consumidores.

4. Mayor capacidad de reacción:

Debido a su estructura sencilla y menos rígida que las grandes empresas, las pymes tienen mayor rapidez para adaptarse a los cambios del mercado, para satisfacer necesidades particulares, o para innovar.

Por el tamaño de su estructura, las pymes tienen la ventaja de corregir sus errores rápidamente, por ejemplo, tienen mayor facilidad para remediar un producto que no tuvo éxito, una mala campaña publicitaria, o una mala elección del público objetivo.

5. Mejor manejo de reclamos:

Debido a su estructura poco jerarquizada, las pymes tienen la capacidad de tomar decisiones más rápidas y oportunas que las grandes empresas, lo que les permite, a la vez, tener una mayor capacidad de reacción.

Las pymes pueden atender mejor las quejas o reclamos del cliente, por ejemplo, pueden procurar que un mismo trabajador se encargue rápidamente de las quejas o reclamos de un cliente, y que éste no tenga que consultar con varios empleados.

6. Mayor compromiso en los trabajadores:

Al ser la pyme una organización sencilla y no tener una marcada división de funciones, los trabajadores suelen tener un mayor aporte en ideas y sugerencias para el mejoramiento en general de la empresa, lo que los hace sentir más útiles y, por tanto, más identificados y comprometidos con ésta.

Al haber un mayor compromiso en los trabajadores y, además, al recibir un trato personal por parte del empresario y los altos mandos de la empresa, los trabajadores suelen estar más motivados y, por tanto, suelen ser más productivos.

flechas apuntando al cielo

7. Innovación centrada en el cliente:

Las pymes pueden ser más ágiles en la implementación de ideas innovadoras que están directamente alineadas con las necesidades y deseos de sus clientes. Al estar más cerca de su base de consumidores, tienen la capacidad de adaptar rápidamente sus productos y servicios para satisfacer demandas específicas del mercado.

8. Cultura empresarial distintiva:

Las pymes suelen tener una cultura empresarial más distintiva y cercana. Esto puede generar una conexión emocional más fuerte tanto con los clientes como con los empleados. La cultura empresarial puede ser un elemento diferenciador clave, construyendo lealtad y confianza en el mercado.

9. Menor burocracia:

La falta de una estructura jerárquica masiva permite a las pymes tomar decisiones más rápidas y eficientes. La menor burocracia significa que los problemas pueden abordarse con rapidez, sin la necesidad de pasar por múltiples niveles de aprobación.

10. Mayor adaptabilidad tecnológica:

Las pymes, al tener estructuras más simples, pueden adoptar nuevas tecnologías de manera más rápida. Esto les permite mantenerse al día con las tendencias digitales emergentes, lo que es esencial en un mundo empresarial cada vez más digitalizado.

11. Colaboración con otras pymes:

Las pequeñas y medianas empresas tienen la flexibilidad para establecer alianzas estratégicas entre ellas. La colaboración puede generar sinergias y permitir que varias pymes trabajen juntas para abordar desafíos comunes, expandir su alcance de mercado y compartir recursos.

12. Enfoque local:

Las pymes a menudo están arraigadas en sus comunidades locales, lo que les brinda la oportunidad de construir relaciones sólidas con clientes locales. Esto puede traducirse en un mayor apoyo de la comunidad y en clientes leales que prefieren respaldar a empresas locales.

13. Menor impacto ambiental:

Las pymes, al tener operaciones más pequeñas, a menudo tienen un impacto ambiental menor en comparación con las grandes corporaciones. Esto puede ser un punto de venta importante en un mercado donde la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental son cada vez más valoradas.

14. Mayor agilidad financiera:

Las pymes, al tener estructuras financieras más simples, pueden adaptarse más fácilmente a los cambios en las condiciones del mercado. La capacidad de ajustar rápidamente los presupuestos y las estrategias financieras puede ser una ventaja significativa.

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