Ahora que los modelos tradicionales han quedado obsoletos con la búsqueda incansable de la “experiencia del usuario”, hay que hablar también de influencias, porque son las que conforman la nueva pauta publicitaria, social y emotiva.
Campañas como la de BMW en asociación con Madonna, se consolidan como líderes indiscutibles de la generación de contenidos de marca en los que la historia, desatar la emoción y el impacto, lideran la campaña. El producto queda relegado a un elemento más de la historia de la marca.
Abandonar metalidad comercial a favor de la puesta de valor
El marketing y la publicidad no pueden seguir centrados en un aspecto comercial, sino que es necesario tomar conciencia que el valor agregado lo definen las emociones de los consumidores.
Se puede decir que el cliente es el embajador de una marca, lo que define exhaustivamente al marketing influencial.
Lograrlo es un aspecto intrínsecamente relacionado con la constancia, la perseverancia y el trabajo de aprendizaje continuo, con el compromiso y con la aceptación. Por lo tanto, hoy lo que importa es identificar las necesidades de los consumidores y materializarlas en acciones concretas.
